La forma tradicional de visitar la catedral de Sevilla es desde abajo, una perspectiva que no deja lugar a dudas del enorme valor de esta construcción declarada en 1987
Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, existe una visita alternativa: desde arriba, desde las cubiertas. Un punto de vista muy distinto de la que es la catedral gótica cristiana con mayor superficie del mundo.
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